miércoles, 16 de enero de 2013

MI RELATO DE MISTERIO

La venganza de la sombra 


Era un día normal y corriente del mes de enero de 2013, llegue a casa agotado de estudiar, eran las 20:00 horas  venía de clase  de francés cerca de la plaza de Chamberí. Fui directamente a mi cuarto y ví dormir a mi hermano como un angelito ,me sorprendió que  el suelo estaba resbaladizo y encendí la luz.
No podía creer lo que estaba viendo, era sangre y fui siguiendo su rastro por  todo mi cuarto. Conducía a un lugar que no me gustaba nada, era la cama. Me quedé paralizado, mi hermano estaba rodeado de sangre con puñaladas en la espalda, es impactante  ver a uno de tus seres más queridos del mundo inconsciente o muerto, no lo sabia.
Llamé a mi madre corriendo, sin casi palabras, llorando y caminando como podía. Ese momento  fue uno  de las peores de toda mi vida. Esa misma noche estuvo el Samur en nuestra casa ,aunque no pudieron hacer nada. Se lo llevaron al hospital escoltado por dos coches de policía .Dentro de mi casa estábamos mi madre y yo muy asustados y tristes, sin entender nada.
Inmediatamente  fuimos mi madre y yo al hospital y nos dieron una mala noticia, que mi hermano estaba grave y que había un asesino que estaba en medio de todo esto que seguro  le llevaba queriendo matar desde hace mucho tiempo. Eso dijo la doctora pero yo no supe a quién acusar.
 De repente mi cabeza se quedo en blanco sin saber que decir mientras mi madre lloraba y lloraba asustada y preocupada por mi hermano César, yo lo único que sabía era que la gente le quería mucho y que su mejor amigo Álvaro era muy buena persona y siempre quedaban para hacer los trabajos juntos e iban siempre a casa uno  del otro cada semana.
Mientras mi hermano estaba en la UCCI, la policía nos interrogó a mi madre y a mi , buscando pistas sobre lo ocurrido. Al principio parecía que nosotros mismos éramos sospechosos. Luego nos preguntaron por lo que hacía César todos los días y con quién salía.
Cuando estábamos con la policía apareció Álvaro llorando, aunque parecía un poco nervioso. La policía le empezó a preguntar sobre César y sobre si sospechaba de quién podía haber sido. Álvaro  de repente se puso a tartamudear, pero era normal por la situación.
Como todos estábamos cansados y nerviosos y no podíamos hacer nada por mi hermano, la policía y los doctores  nos recomendaron que nos fuéramos a casa a descansar.